martes, 15 de noviembre de 2011

ALTERNATIVA

ALTERNATIVA 
La historia del rock en Guatemala 
Por Chino_Cueva 
 PRIMERA PARTE 

Han pasado varios meses desde que las salas de cine guatemalteco proyectaron el documental de Jorge Espaderos y Vinizzio Rizzo llamado “Alternativa… la historia del rock en Guatemala”.

Recientemente llegó a mis manos este material cargado de objetividad y que de forma amena y directa, exponen en casi dos horas de entrevistas, aquello que tristemente hemos experimentado los que nos hemos sentido parte del “Movimiento rockero guatemalteco”. 

A continuación, comienzo a exponer mi apreciación subjetiva sobre este documento audiovisual y lo que tristemente veo sobre la realidad metalera nacional, la cual me interesa y que simplemente está íntimamente relacionada con la realidad del rock guatemalteco. 

Diferencias entre el metal y el resto de expresiones rockeras guatemaltecas: Prácticamente las únicas diferencias son la marginalidad del metal y el escaso número de seguidores con respecto a los demás géneros del rock, porque el documental habla de la lealtad de los seguidores del metal, lo cual no es cierto. La prueba es el escaso número de asistentes a conciertos metaleros con bandas internacionales y el apoyo casi nulo que reciben las bandas nacionales. 

En el caso de las bandas rockeras, el tener apoyo de los medios masivos de comunicación en lugar de permitirles llegar a un gran número de personas, simplemente los humilla al punto de crear música con el fin de mendigarles patrocinio a las compañías de bebidas y telefonía con tal de vivir un par de días de fama. 

Similitudes entre el metal y el resto de expresiones rockeras guatemaltecas
Industria: Tal vez el mayor pecado fue creer que en Guatemala había una industria rockera autosostenible y en crecimiento. El documental expone lo que simplemente salta a la vista: aquellos que vieron en el rock nacional una oportunidad de ganar dinero son los principales responsables de su decadencia actual. 

Y en el caso del metal, la situación es la misma. Aquellos que quisieron ganar dinero jugando a producir conciertos con bandas extranjeras compitiendo entre si, al punto de programar hasta dos conciertos de metal el mismo día, faltándole el respeto a los músicos y público que pagaba su entrada por eventos muy mal organizados, simplemente tuvieron que despertar a la realidad de una escena que viene a menos desde hace años y que no está dispuesta a regalar su escaso dinero por eventos que son una burla a los asistentes.  

Los llorados años 90 Este documental se centra en la escena rockera de los 90, liderada por La Tona, Extinción, Viernes Verde, Bohemia Suburbana y algunas bandas más. Las cuales en verdad lideraron un movimiento masivo y nacionalista, con ideas claras y una causa tangible y la mayor prueba del carisma y poder de convocatoria que tenían, fue que una sola de estas bandas abarrotó la antigua plaza de toros. 

Pero actualmente, eso es historia del pasado, porque la escena rockera nacional perdió su identidad y todo lo demás por lo que había luchado. Bohemia muy difícilmente volverá a reunir a la misma cantidad de personas del año 98, Viernes Verde se ha cansado de tocar puertas y comienza a renegar de la organización de la “Garra Chapina” y el resto de bandas noventeras son historia para un capítulo de un libro de Hector Gaitán de “La calle donde tu vives”. Las bandas de reciente formación dan vergüenza y ni siquiera merecen ser nombradas, claro que el documental sí lo hace pero solo para darle un rostro a las banduchas que se han cagado en el esfuerzo de las bandas noventeras y que con sus estúpidas y tontas propuestas musicales al estilo tele hit, les han escupido en la cara a las bandas de los 90 y sepultaron sus esfuerzos. 

Con la escena metalera la situación es peor. 

Desde mi punto de vista, de los años 90 lo único que se recuerda son las “cacerías” y aventuras de ebrios y drogadictos desperdiciando su tiempo en la plaza vivar, creo que no se necesita ser un extremo conservador para tener mala espina de personas sin oficio que con atuendos vampirescos desperdician el tiempo como si no valiera nada. Si en verdad hubo un movimiento de metal en los años noventa ¿en donde quedó? 

Y en el caso de las bandas, actualmente se cuentan con los dedos de las manos a las que siguen activas de esa época y solo Abyssum y Noctis Invocat pueden darse el lujo de organizar conciertos que por lo menos no reporten pérdidas. 

Hay mucho más que decir acerca de este documento, pero de momento me quedo con esto y retomo el tema en otra ocasión. Eso sí, desde ya va mi reconocimiento a Rizzo y Espaderos por los huevos que tuvieron para echarse encima esta ardua tarea de producir este documental que debe ser de consulta obligatoria, para entender nuestra historia reciente, ya que la música simplemente es una expresión artística de nuestra realidad nacional que vivimos día a día. 

ANDAMOS EN EL CAMINO DEL METAL 
Chino_Cueva

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