POR CHINO_CUEVA
La razón de este título obedece a que como se dice en las bellas artes: “la época de oro, jamás será la época presente”.
Es cierto que hace años se celebraron conciertos de la “buena época del metal en Guatemala”. Sin embargo, me hago la misma pregunta que se hace un amigo y líder de la escena metalera nacional “¿Dónde está toda esa vieja escuela tan afamada y recordada?”
No se pueden cerrar los ojos a la realidad ya que lo único constante es el cambio.
Hace algún tiempo, alguien exponia la tésis de que una banda que no tiene muy buenos contactos en la ciudad capital no podría sobresalir ni abrirse las puertas para participar en un buen concierto.
Sin embargo la realidad es otra, porque lo único constante es el cambio.
Hace casi un año, Noctis Invocat me decía: “hemos llegado a tocar a lugares en donde nunca nos imaginamos que pudiera existir escena”. Y este sábado 14 de Agosto, nuevamente la respuesta del público les dio la razón.
Hace más de un año Hacha me decía, “la gente se asombra de que pueda existir una banda de Thrash de un lugar como Esquipulas…. solo es una, pero ya hay una banda”.
En los conciertos de la ciudad capital, nos vemos las caras los mismos de siempre, estan esperando entrar gratis los mismos de siempre y no entrarán al concierto los mismos de siempre.
Sin embargo, en Santa María Cauqué, ví muchas caras nuevas, y no lo digo en el sentido de autoproclamarme de la “vieja escuela” a la que nunca pertenecí y con la que no me identifico porque para mí lo mas recordado y mencionado de esa “época dorada” son “las cacerías” a lo que yo le llamo áctos delictivos y vergonzosos que nada tienen que ver con el verdadero espíritu metalero que para comprenderse lo que se necesita es estudio antes que andar persiguiendo a personas que no comparten nuestra cultura y forma de pensar.
Pues, luego de lo antes mencionado, nuevamente digo: “lo único constante es el cambio”, creo que ha llegado el momento de darle vuelta a la página. De guardar en un empaque al vacío lo vivido en los tokes de los años noventa y disfrutar el presente, porque ahora se está marcando la época de la verdadera expansión del metal en Guatemala.
Y lo más importante es que esto se está llevando a cabo tal y como reza la teoría económica; como “parte del desarrollo históricamente determinado independiente de la conciencia y voluntad de los hombres”. En otras palabras, la expansión del metal en Guatemala, no es algo que se ha planificado sino es algo que simplemente está ocurriendo ante nuestros ojos aunque no faltan los que no ven más allá de sus narices para expresarse de forma pesimista sobre la escena nacional, aunque yo más que escena prefiero llamarle movimiento porque de algo que muchos podemos ser testigos, es que a exepción de las bandas “comerciales” que nos han visitado y reunido a miles, ha sido en el interior del país y con bandas nacionales donde se han celebrado los conciertos con mayor volumen de asistencia y mejor organización, a pesar de la constante visita de bandas del extranjero durante los últimos años.
Que mis palabras no sean mal interpretadas. No estoy en contra de la visita de bandas del extranjero, todo lo contrario, a los eventos que se avecinan claro que me voy a hacer presente. Sin embargo, me siento muy bien por ver los frutos del esfuerzo de años, de personas de diversas regiones del país que dejando de lado las utilidades que genera la organización de un evento y sin andar buscando financiamientos de terceros han sacado adelante muy buenos eventos y solo en este año Sumpango, San Andrés Itzapa y Santa María Cauqué son prueba de ello.
¿Qué pasará con Marduk, Destruction y Mayhem? Pues yo digo, se viene el “metal del bosque” en cobán y el “black fest” en xela. Claro que deseo ver a las bandas del extranjero, y lo digo con las entradas en la mano, pero no hay que lamentarnos por la cancelación de eventos, ya que la historia esta siendo escrita por todos nosotros como metaleros guatemaltecos.
Lo único constante es el cambio, así que a disfrutar de lo que se avecina y a seguir escribiendo la historia del metal desde todos los rincones de nuestra Guatemala.
Es cierto que hace años se celebraron conciertos de la “buena época del metal en Guatemala”. Sin embargo, me hago la misma pregunta que se hace un amigo y líder de la escena metalera nacional “¿Dónde está toda esa vieja escuela tan afamada y recordada?”
No se pueden cerrar los ojos a la realidad ya que lo único constante es el cambio.
Hace algún tiempo, alguien exponia la tésis de que una banda que no tiene muy buenos contactos en la ciudad capital no podría sobresalir ni abrirse las puertas para participar en un buen concierto.
Sin embargo la realidad es otra, porque lo único constante es el cambio.
Hace casi un año, Noctis Invocat me decía: “hemos llegado a tocar a lugares en donde nunca nos imaginamos que pudiera existir escena”. Y este sábado 14 de Agosto, nuevamente la respuesta del público les dio la razón.
Hace más de un año Hacha me decía, “la gente se asombra de que pueda existir una banda de Thrash de un lugar como Esquipulas…. solo es una, pero ya hay una banda”.
En los conciertos de la ciudad capital, nos vemos las caras los mismos de siempre, estan esperando entrar gratis los mismos de siempre y no entrarán al concierto los mismos de siempre.
Sin embargo, en Santa María Cauqué, ví muchas caras nuevas, y no lo digo en el sentido de autoproclamarme de la “vieja escuela” a la que nunca pertenecí y con la que no me identifico porque para mí lo mas recordado y mencionado de esa “época dorada” son “las cacerías” a lo que yo le llamo áctos delictivos y vergonzosos que nada tienen que ver con el verdadero espíritu metalero que para comprenderse lo que se necesita es estudio antes que andar persiguiendo a personas que no comparten nuestra cultura y forma de pensar.
Pues, luego de lo antes mencionado, nuevamente digo: “lo único constante es el cambio”, creo que ha llegado el momento de darle vuelta a la página. De guardar en un empaque al vacío lo vivido en los tokes de los años noventa y disfrutar el presente, porque ahora se está marcando la época de la verdadera expansión del metal en Guatemala.
Y lo más importante es que esto se está llevando a cabo tal y como reza la teoría económica; como “parte del desarrollo históricamente determinado independiente de la conciencia y voluntad de los hombres”. En otras palabras, la expansión del metal en Guatemala, no es algo que se ha planificado sino es algo que simplemente está ocurriendo ante nuestros ojos aunque no faltan los que no ven más allá de sus narices para expresarse de forma pesimista sobre la escena nacional, aunque yo más que escena prefiero llamarle movimiento porque de algo que muchos podemos ser testigos, es que a exepción de las bandas “comerciales” que nos han visitado y reunido a miles, ha sido en el interior del país y con bandas nacionales donde se han celebrado los conciertos con mayor volumen de asistencia y mejor organización, a pesar de la constante visita de bandas del extranjero durante los últimos años.
Que mis palabras no sean mal interpretadas. No estoy en contra de la visita de bandas del extranjero, todo lo contrario, a los eventos que se avecinan claro que me voy a hacer presente. Sin embargo, me siento muy bien por ver los frutos del esfuerzo de años, de personas de diversas regiones del país que dejando de lado las utilidades que genera la organización de un evento y sin andar buscando financiamientos de terceros han sacado adelante muy buenos eventos y solo en este año Sumpango, San Andrés Itzapa y Santa María Cauqué son prueba de ello.
¿Qué pasará con Marduk, Destruction y Mayhem? Pues yo digo, se viene el “metal del bosque” en cobán y el “black fest” en xela. Claro que deseo ver a las bandas del extranjero, y lo digo con las entradas en la mano, pero no hay que lamentarnos por la cancelación de eventos, ya que la historia esta siendo escrita por todos nosotros como metaleros guatemaltecos.
Lo único constante es el cambio, así que a disfrutar de lo que se avecina y a seguir escribiendo la historia del metal desde todos los rincones de nuestra Guatemala.
ANDAMOS EN EL CAMINO DEL METAL
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